9/13/2016

Sparrows


Ari (Atli Oskar Fjalarsson), es un chaval de 16 años que vuelve a casa de su padre Gunnar (Ingvar Eggert Sigurðsson) dejando atrás a su madre en Reikiavik. En el hogar paterno, una remota región de los fiordos occidentales, vive también su abuela y antiguos compañeros de la infancia, pero la vida es completamente diferente y volver allí resulta duro, no solo por el clima y el ambiente... 

Esta cinta Islandesa dirigida por Rúnar Rúnarsson, cuyo guión es también responsabilidad suya, es un sensible relato de los problemas de un adolescente en un paisaje hostil, tenso y desesperante. 

Sin duda el paisaje, el clima y esa luz inagotable de la época veraniega producen una sensación especial en el espectador, una cierta tensión, como lo que al cine negro la oscuridad.

Pero quizás tanta sensación de desastre, malestar o pesimismo acaba fatigando, mas aún cuando acaba siendo demasiado lineal con lo que no termina por convencerme a pesar de ganar la Concha de Oro de San Sebastián, pero ya sabeís que a mi los premios no me interesan para valorar una cinta, aunque respete su valor.

Los actores, no se si por esa entonación tan educada y modulada acaban adormilándome, lo que no quiere decir que estén mal, pero claro uno está acostumbrado a la exageración, incluso la de actores anglosajones.

Me da la impresión en cualquier caso que ésta película puede gustar mucho o resultar indiferente, en mi caso se me queda en justita.

Nota 6  

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